El Pecado Capital de David LaChapelle

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"El Pecado Capital de David LaChapelle"


David LaChapelle es nativo del Estado de Connecticut y nació un 11 de marzo de 1963. Su trabajo se caracteriza por presentar imágenes surrealistas y grotescamente glamorosas; a lo largo de más de 20 años, LaChapelle ha roto los esquemas y llevado muy lejos los límites del arte a través de la fotografía.




Directamente influenciado por Andy Warhol, David LaChapelle ha creado imágenes vibrantes, llenas de color y únicas, las cuales establecen siempre fuertes relaciones entre los humanos y los objetos materiales; valiéndose de ricos entornos, el exceso de color y el atractivo físico, de igual modo que los temas más polémicos, hacen de la obra de Lachapelle un Arte sin igual. Lo anormal, lo subconsciente y el hecho de romper los convencionalismos, convierten a David LaChapelle en un experimentador bastante atrevido, cuyos resultados constituyen una amplia gama de trabajos inolvidables.



Lachapelle ha reinventado bajo su lente y su diestra mano, a muchísimas estrellas del cine, la música y la televisión. Pasando por Madonna y Elton John hasta Drew Barrymore y David Duchovny. Recientemente, Lachapelle nos brindó a todos su óptica sobre Lady Gaga, la cual forma parte de la edición de colección de su más reciente álbum "The Fame Monster". Otro de los trabajos más resaltantes de Lachapelle ha sido la experimentación fotográfica con la modelo transexual Amanda Lapore, Anuncios promocionales para Christina Aguilera, Sesiones con Angelina Jolie y ni siquiera se ha podido quedar por fuera Paris Hilton. Pamela Anderson, Kanye West, Britney Spears, Liv Tyler, Leonardo DiCaprio, y muchísimas figuras más.



David, también ha desarrollado artes para grupos musicales como Moby, y campañas publicitarias para casas como Estee Lauder, Levis, Volvo y los Jeans Diesel. Lachapelle, también en varias ocasiones desarrolla trabajos propios, basados en inquietudes personales. Podemos encontrar artes bastante complejos sobre figuras como Jesucristo, episodios como el Apocalipsis e incluso activismo social, derechos humanos y temas de carácter político.



Su primer acercamiento a la fotografía fue cuando tenía 6 años de edad, durante unas vacaciones familiares en Puerto Rico. Allí utilizó la cámara para retratar a su madre, Helga LaChapelle, quien vestía un bikini y bebía champaña en un balcón. Desde ese momento, quedó obsesionado con la fotografía. Su padre le matriculó en la Escuela de Arte de Carolina del Norte, donde recibió una enseñanza privilegiada ya que sólo había 30 alumnos. Con 18 años regresó a Nueva York, a donde se había escapado ya a los 15 años, y durante un concierto de rock se presentó sólo a Andy Warhol quien le ofreció su primer trabajo como fotógrafo en la revista Interview.



A lo largo de su vida ha sufrido la pérdida de amigos y de su novio, el bailarín Louis Albert, ambos estuvieron viviendo en un apartamento de condiciones humildes. Al cabo de dos años, Louis Albert murió víctima del sida, al igual que muchos amigos de LaChapelle.

Pocos lo han conseguido y el fotógrafo David LaChapelle (Connecticut, 1969) es uno de los privilegiados que ha logrado hacer que superestrellas se sometan a su objetivo y a su fantasiosa imaginación. Cada clic de su cámara ha provocado revuelo y la adhesión de multitud de fans entre los que se encuentran muchos famosos del mundo del cine, la música y la moda. Los recurrentes temas de Lachapelle van del sensacionalismo a la vanidad, pasando por el culto al cuerpo.


Es un provocador nato. En una de sus campañas publicitarias reelaboró la famosa foto del beso de la enfermera y el marinero de Alfred Eisenstaedt, sustituyendo a los protagonistas por dos fornidos marineros. Así funciona la mente de un artista empeñado en romper moldes. Lo que llama mucho la atención en su obra son sus recargados y coloristas escenarios que , aunque no es así, parecen realizados por ordenador. Lachapelle es un enamorado del pop art y del porno chic. Ha sido descrito como un barroco contemporáneo capaz de transformar lo bello en esperpento y hacer que siga siendo bello.

Pensar la fotografía como una acción puramente instintiva es posible gracias al fotógrafo David LaChapelle. Este famoso fotógrafo estadounidense hace de sus creaciones artísticas un canal de transmisión que excita las emociones. En sus obras de arte podemos rememorar lo que nos constituye como humanos; seres viscerales, pasionales, excepcionales. Y el arte, recordando a Borges, “debe ser ese espejo que nos revela nuestra propia cara”.


Heaven to Hell. Con Heaven to Hell, nos entrega un libro de gran formato que hace falta extraer de una caja y una cuidada edición. Son 343 páginas de fotografías sin texto alguno (sólo una pequeña reseña en la caja), imágenes bizarras y zurearles de colores chillones en donde nada es librado al azar, imágenes que en la mayoría de casos causan una amable impresión pero al detenerse en ella revelan su naturaleza perturbadora, una peculiaridad que de seguro sirvió al autor para titular su obra.

Tal es el tono predominante en las 346 fotos que admite el libro de lujosa edición y formato llamado LaChapelle, Heaven to Hell, editado por TASCHEN en 2006 y muy codiciado en estos días en que la muestra homónima arribó al Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires y en cuya inauguración, el fotógrafo estuvo presente. El libro en cuestión es el último volumen de una trilogía iniciada con LaChapelle Land de 1996 y Hotel LaChapelle de 1999. A su vez los tres libros reaparecieron en una edición numerada y firmada: Artists and Prostitutes de 1985-2005.


Las imágenes de LaChapelle, audaces y espléndidas, han forjado un estilo particular que resulta único, original e inconfundible. Es uno de los fotógrafos contemporáneos más influyentes que emerge del ámbito del espectáculo. Con su estilo muy personal, las imágenes de este artista exploran terrenos extremos, desquiciantes, eróticos, muchas ocasiones barroquizantes, a veces sublimes y otras de extraños niveles de ostentación visual. Asumir el riesgo de decir verdades que incomodan valiéndose de imágenes perturbadoras es muy común entre los artistas, sin embargo, aunque sus medios de expresión sean calificados como irreverentes, siempre son invitaciones a reconsiderar, revisar o replantear el modo en que la sociedad actual enfrenta las contradicciones, injusticias, abusos y excesos que la debilita.

Durante el presente mes de Diciembre, el mundo ha sufrido la pérdida de la carismática actriz Brittany Murphy, quien falleció aparentemente debido a un paro cardíaco. LaChapelle publicó en conmeración a la trayectoria de Murphy, un set de fotografías realizadas para ella en su página oficial.


Glamoroso, provocativo, excesivo, barroco, grotesco, surreal, sensual, David LaChapelle subvierte las reglas y expresa una versión pervertida y controvertida del mundo que lo rodea, pero ¿está esto mal? ¿o sencillamente es la perspectiva sincera de un artista que nos invita a reflexionar? Lo que sabemos a ciencia cierta es que el pecado capital representado en la fotografía tiene nombre y apellido; es David Lachapelle.