¼ para los 2 | por André y Ounique
"Hablemos del 24"
¿Cómo sabemos que llego la navidad? El primer síntoma que no los indica es que ya todos los lugares públicos comienzan a vestirse con guirnaldas, ramas decorativas, lazos, figuras representativas del nacimiento, la estrella de belén, hombres de nieve, San Nicolás en todos sus atuendos, renos y de cualquier otra cosa que venga en tonos verdes y rojos (si son un poco más vanguardistas apuestan por el color de tendencia para esa temporada).
Como consecuencia iniciamos con las preocupaciones típicas de la navidad: que si ya esta terminándose el año, que si ya vienen las vacaciones, que si hay que apartar el pasaje (para los que lamentablemente vivimos fuera de nuestros lugares natales), que si todavía falta mucho por hacer, que el año ha corrido muy rápido, que no tengo pareja, que dónde pasaremos el 24, y ¡pare usted de contar! “La Paranoia Decembrina”, éste segundo síntoma del período navideño, aparte de llenarnos de preguntas, nos hace crear desesperadamente un cronograma de actividades a seguir y cosas por hacer para el mes festivo, que cuando lo tenemos listo nos damos cuenta que no sirvió de nada, porque ya corrió la primera semana de Diciembre y ni hemos probado la primera hallaca.
Entonces empieza la corredera y nuestro tercer síntoma “Las Compras Compulsivas”, es el momento de buscar un presente para todo aquel que nos rodea: los hijos, los padres, los novios, los suegros, los compañeros de clase, los amigos de toda la vida, aquella persona que queremos conquistar; y sin contar cuando participamos en los famosos intercambios y amigos secretos. Es una parte difícil de la época navideña, ya que toma tiempo buscar el regalo indicado para cada individuo. Muchas veces ni siquiera tenemos la certeza de que nuestro presente vaya a ser del agrado de nuestro agasajado, pero igual cumplimos haciendo el intento. Cuando vamos de shopping no podemos dejar a un lado toda especie de adorno alusivo a la navidad puesto que esto constituye nuestro cuarto síntoma: el “Síndrome Decorativo”.
En esta etapa de nuestro largo trayecto, caemos en la necesidad de adornar nuestros espacios para la Nochebuena. Sin darnos cuenta entramos en una especie de competencia, en la cual se proclama ganador a aquel espacio que haya quedado más lleno de luces y perolitos. Nos esforzamos haciendo el arbolito el cual nos toma un día entero. Desenredando las luces se nos va por lo menos la mitad del día, luego viene la faena de distribuir bien los adornos, el trencito en el pie del árbol, el peluche especial del arbolito, y un sin fin de artículos que el pobre tendrá que cargar durante todo el mes. Por supuesto inmediatamente nos sumamos a la labor de exhibir nuestro trabajo para que lo halaguen, ya sea tomando fotos y subiéndolas al Facebook o invitando a los espectadores a visitar nuestra obra maestra y así poder tener una idea de cuál lugar ocupamos en el Ranking Navideño.
Lista la decoración, listos los regalos del niño Jesús…¿Qué comeremos?. Señores esta es la parte en que tenemos que lidiar con los súper mercados abarrotados de gente llevándose los productos desesperadamente. Bienvenidos a nuestro quinto síntoma “Monchis Time”. No hay cena navideña sin un buen festín qué degustar, dicho festín debe tener de carácter obligatorio el Pan de Jamón, las Hallacas, el Pernil, la Ensalada de Gallina y el Panetón. Son piezas fundamentales de la noche del 24, - al menos en Venezuela - así como también el Ponche Crema y la Torta Negra como buen postre. Estos artículos los podemos venir adquiriendo una o dos semanas antes de la fecha, ya que si lo dejamos para la noche en cuestión, nuestro día se hará terrible tratando de conseguir alguno de ellos sin que nos saquen un ojo de la cara.
Una vez superados todos estos síntomas, no queda más que enfrentarnos a la creación del “Guión de la Perfección”. Nuestro sexto y último síntoma a padecer hasta el 24 de Diciembre. En esta etapa somos víctimas y victimarios de un adiestramiento intenso, sobre cómo vestirnos, como comportarnos, a quien debemos invitar y a quien no, y cuáles deberían ser nuestras prioridades para ese día. Las madres se preocupan por enfatizarnos que es una noche familiar, los amigos nos presentan miles de planes para acabar los trapos esa noche, nuestras parejas nos incluyen en un plan romántico, ¿Y nosotros? debemos hallar la manera de poder distribuirnos y cumplir con todo y todos, y así poder hacer felices a los nuestros…total ¡es navidad!.
Veinticinco de Diciembre, muchos nos paramos a ver el regalo que hay bajo el arbolito, otros nos paramos con un dolor de cabeza terrible, están también los que se paran y no saben donde están, los que despiertan en casa de la familia o de algún amigo a comer los restos de Pasapalos del día anterior, los que amanecen al lado de su pareja después de haber tenido una noche algo movida, y así sucesivamente.
Pero todos, tenemos algo en común… ¡Sobrevivimos Exitosamente a la peligrosa travesía navideña! Y nos sentimos tranquilos y felices, se nos olvida que aun el camino no ha terminado, al año le queda una semana de vida y nos queda otra fecha que planificar.
En todo caso, sea cual sea la posición de cada cual, a todos les queremos desear una ¡Feliz Navidad 2009!
Rosca! ® 2009
Revista Electrónica sobre Cultura Gay y Temas de Diversidad Sexual
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