Editorial, Agosto 2010

Editorial |
Venezolanos al Poder


"Árbol que nace torcido..."
Cuando se nace, vive y crece en Venezuela, tierra llena de oportunidades y refranes tan populares como su gente, uno se encuentra frente a la diversidad en todo momento. El contraste de paisajes, de pieles y de formas de hablar nos enseñan - o deberían - a valorar las diferencias que hacen de nuestro país un punto convergente entre tantas razas y culturas. Más allá de las aflicciones políticas, de la crisis económica y de cualquier otro problema de esos que nos mantienen estancados un buen rato, Venezuela busca la forma de seguir con su sonrisa de estrellas, pese a las circunstancias que la congestionan. Los Venezolanos, salimos a la calle, damos los 'Buenos Días' y día a día emprendemos nuestras vidas con ese olorcito a café mañanero, a corre-corre y cola de tránsito, con ese caminar que resuena en el suelo y tiene su propio ritmo; la cabeza quizás algo despistada pero el corazón grandote en el pecho, dispuesto a sonreír todo el tiempo. ¿No somos así todos? Quizás no Todos, pero una gran mayoría, de esos que sentimos que Venezuela es el mejor lugar del mundo, sólo porque nosotros estamos aquí con los nuestros. ¡Tampoco me lo tomen tan literal! Que todos sabemos de las oportunidades globales, y de que aún estamos 'en vías del desarrollo' o menos que eso, pero pase el tiempo que pase, y las crisis que sean, Venezuela, siempre será nuestra tierra. Hemos crecido en un mundo de refranes y tradición, en el que para la gran mayoría el 'Árbol que nace torcido...' suntuosamente ha formado parte del repertorio a escuchar. ¡Pues sí! Lo malo es malo, lo bueno es bueno, y todo está intermedio en ello. Nosotros, los Gays, Lesbianas, Heterosexuales, Transexuales, Travestis, Intersexuales, Bisexuales, y cualquier otro con o 'sin' etiqueta, somos Venezolanos. Salimos juntos a la calle, compartimos autobuses, oficinas de trabajo, miradas desconocidas..., pero ¿hay algo que nos una en la forma de afrontar nuestras vidas?

"Hijo de gato caza ratón"
Pareciera que el Venezolano promedio vive por sí y por los suyos, y aunque su espíritu es noble y social, bien puede subsistir sin la aprobación de quienes le rodean. Esto es relativo, tanto, que nos enfrentamos a un 50/50. Uno de los mayores estigmas de la comunidad GLBT en Venezuela, es el alto número de personas que no aceptan sus orientaciones públicamente y llevan vidas dobles que terminan perjudicando a esos que llaman 'suyos' y aportando quizás mucho 'camino para atrás' a eso que llamamos 'en vías de desarrollo'. Cada quien vive su sexualidad como mejor le parece, pero... ¿Es la conciencia sexual, un valor de los Venezolanos? Eso pretendemos indagar, eso invitamos a fomentar y cultivar en cada uno. 'Hijo de Gato, caza ratón', con semejante tenacidad y viveza tan características del Venezolano, ya es como para confiarse de que todos luchamos por el bien común, por el bienestar y evolución del país, por la ecología, por la democracia, y claro está por la Libertad. La lucha de términos sigue en debate, y entre tanto color hormiga en los parlamentos y temas gubernamentales, nos limitamos a hacernos la leve pregunta dentro del círculo de amistades: ¿Somos realmente aceptados?, entonces... nos enfrentamos con una pregunta aún más dura, incisiva y fría, totalmente necesaria: ¿Realmente, me acepto? La teoría nos dice que un Venezolano podría responderla sin problema, según su perfil educativo mediano y sus características socio-culturales, pero en la práctica, nos enfrentamos a cientos de paradigmas que se pueden enunciar en tres palabras: 'El ¿Qué dirán?'

"Cada loco con su tema"
Entonces, viviendo en una sociedad tan mixta, en la que aparentemente 'Cada loco, con su tema', ¿están realmente los locos sincronizados con sus temas? ¿con los suyos, propiamente? ¿o con todos los de los demás? Son muchas preguntas, pero aquí lo importante, lo que queremos decirte, lo que no tiene otra respuesta y vale para todas y todos, es que vivimos en un País que se construye con nuestras manos, con nuestros pies, con nuestras lagrimas y sonrisas y con ese pulso que día a día vamos haciendo. ¿Venezuela? Sí, esa tierra hermosa en la que vivimos, donde los problemas siempre tienen solución, los animales hablan y los locos bailan canciones que los demás no entienden, ¿Qué podría ser más hermoso que bailar junto a otro loco más? Anda, Sal y vive lo tuyo. Siéntete orgulloso de lo que eres y lucha por ser respetado, después de todo, en tu cédula de identidad, también dice: Venezolano.


Manuell Briceño.
Dirección Editorial.
Rosca!
Escríbenos a: roscadulce@GMail.com